¿PROMESAS EN DEUDA?
por RICARDO CORTEZ
Según la tercera ley de Newton, "para cada acción hay una reacción". Esta premisa no solo se aplica en el terreno de la física, también es una máxima infalible en la política. Y las acciones del gobierno municipal encabezado por Rodrigo Ureño ya comienzan a tener sus consecuencias.
A poco más de un mes de cumplir su primer año al frente de la presidencia municipal, el alcalde tiene el enorme reto de rendir cuentas claras. Sin embargo, en lugar de expectativas, su informe genera más dudas que certezas, más incertidumbre que confianza.
El discurso triunfalista con el que seguramente intentará maquillar los hechos, difícilmente logrará convencer a una ciudadanía que observa con desencanto el rumbo del municipio. Las promesas de campaña siguen flotando en el aire, sin convertirse en hechos palpables.
Sus decisiones erráticas, la falta de resultados contundentes y la debilidad de su gabinete, han provocado una caída notoria en la aceptación de su administración. Y esto, lejos de ser una alarma temprana, es ya una señal de advertencia mayor.
El “gobierno del cambio” que prometió Ureño no ha conseguido consolidar ni una sola política pública destacable. Ni turismo, ni obra pública, ni cultura, ni desarrollo económico han sido tocados con la seriedad y estrategia que requieren.
A lo largo de este año, Jerez no ha vivido un cambio de timón, sino una continuidad maquillada de improvisaciones. Sus funcionarios operan sin brújula, sin resultados, sin ideas claras. Es un gobierno que parece reaccionar más que planear.
¿Qué podrá informar con orgullo? ¿Cuál es la obra insignia? ¿Qué proyecto podrá presumir con fundamento? Las dudas son muchas, y las respuestas, hasta ahora, inexistentes. Lo preocupante es que ni siquiera parece haber voluntad para cambiar.
Es evidente que un año no basta para transformar un municipio, pero sí para demostrar capacidad, voluntad y dirección. Y Ureño, hasta ahora, no ha mostrado ni liderazgo ni visión. Su informe será, probablemente, un acto de simulación más.
La ciudadanía merece una explicación honesta, no una lista inflada de actividades recicladas. Merece saber por qué las decisiones importantes no se han tomado, y por qué las áreas claves están abandonadas o en manos de funcionarios ineficientes.
Rodrigo Ureño necesita hacer una pausa, replantear su proyecto y rodearse de perfiles competentes. Porque si no cambia de ruta, lo único que quedará de su gobierno será el recuerdo de un político más… que prometió mucho y entregó poco. ¿Usted qué opina?
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