DE PROMESAS A HECHOS

 por RICARDO CORTEZ

En muchos momentos Humberto Salazar, como candidato llamó en reiterados momentos ha sanar Jerez, lo que se entiende como tener la solución a cada uno de los problema que arrastraba el municipio y ha dar solución a través de acciones que tendrán que ver con desarrollo económico, turismo, campo, cultura, deporte y sobre todo seguridad.

Hoy esa necesidad es un imperativo y él, como sus funcionarios son los únicos que la pueden hacer realidad.

El punto de partida que tiene para ello, y que eventualmente lo llevaría a cobrar estatura de estadista y trascender en la historia de Jerez, como es su ferviente deseo, es admitir que como humano puede cometer errores y que está dispuesto a rectificar.

Para nadie es humillante reconocer un hierro. Sobre esa base el diálogo, el reconocimiento del otro, la aceptación de la opinión y la crítica fundadas, de buena fe, que son siempre constructivas, sería posible resolver los problemas más graves que hoy lastiman nuestro municipio.

El clima de armonía derivable de ese ejercicio beneficiaría a todos en todo. ¿Qué jerezano no queremos que se solucionen todos los problemas que hoy en día tiene nuestro municipio? ¿Qué ciudadano no queremos que exista una mayor economía; un mayor turismo y un mayor estado de paz?

¿Qué persona no quiere eventos culturales, actividad deportiva y mayor obra pública? ¿Que jerezanos no quieren tener garantías de seguridad para realizar sus actividades? ¿Quién no quiere una economía más dinámica que permita vivir mejor?

En esas líneas descanso el ofrecimiento de Humberto Salazar como candidato presidencial. Con esa esperanza, cientos de jerezanos votaron por él. Es en eso entonces, que debe ocuparse y no perder el tiempo en asuntos que nada abonan a la solución de los problema que hoy aqueja al municipio.

Para algunos que saben de política, Humberto Salazar no ha cumplido sus promesas en hechos. Dadas los serios problemas al interior de palacio municipal, los pocos resultados, las contradicciones y las diferencias entre la sociedad y gobierno, han hecho que se rebaje la imagen, la figura y la investidura presidencial.

La prudencia es la mejor respuesta que se puede dar en esos casos, y más por un gobernante. Humberto Salazar debe entender que el tener disposición al entendimiento con todos, le ayudará a construir el legado político que le daría viabilidad a su ideal transformador. ¿Usted qué opina?

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