EL DESAFÍO DE RODEARSE BIEN
por RICARDO CORTEZ
En el complejo escenario político actual, la carrera por suceder a Humberto Salazar se presenta como un desafío crucial, donde la elección de compañeros de campaña y colaboradores podría ser determinante.
Quienes aspiran a una candidatura no solo deberán enfrentar los retos típicos de una contienda electoral, sino también gestionar las dinámicas internas de sus equipos.
Desde esta trinchera creemos que la clave reside en rodearse de personas abiertas a la crítica constructiva, capaces de plantear los problemas de manera franca. La lealtad es esencial, pero no puede eclipsar la capacidad de enfrentar desafíos y aportar ideas frescas.
La realidad es que la política, la gobernabilidad y la visión del partido pueden convertirse en fuentes de división. La tentación de seguir la línea establecida por Salazar puede resultar confusa.
Por tal motivo es momento de cuestionarse si la fórmula tradicional del 90% de lealtad y 10% de capacidad es suficiente. La capacidad y la lealtad no son excluyentes; al contrario, deben coexistir para construir un proyecto sólido.
El gobierno de Humberto Salazar deja lecciones valiosas. La colocación de personas sin el conocimiento necesario sigue llevando a resultados insatisfactorios. En el balance del trienio, se evidenciará la importancia de tener colaboradores capaces de expresar opiniones divergentes de manera constructiva, en lugar de conformarse con la complacencia.
El destino de los aspirantes dependerá en gran medida de su capacidad para rodearse de personas que no solo los apoyen, sino que también les planteen desafíos y les ayuden a crecer.
La diversidad de opiniones y la apertura a nuevas ideas serán la clave para construir un proyecto político que trascienda más allá de la victoria electoral, cimentando un legado duradero. ¿Usted qué opina?
PUNTO Y APARTE: En el tapiz de la política local, la figura de Humberto Salazar se ha vuelto un elemento que provoca más que aplausos, suspiros de descontento entre los jerezanos. Su reciente paso desapercibido durante el desfile conmemorativo a la Revolución Mexicana no hace sino resaltar la brecha entre la administración municipal y la población. Este incidente refleja de manera tangible la falta de conexión y popularidad que Salazar ha cultivado.
El desencanto se arraiga en la escasez de resultados tangibles y en las decisiones que han dejado a muchos ciudadanos con la sensación de que las promesas se desvanecen en el aire. La falta de proyectos concretos y el manejo cuestionable de los recursos públicos son señales de una gestión que no ha logrado conquistar la confianza ciudadana.
El Festival de la Tambora, que debería ser un punto culminante en el calendario cultural, ha pasado desapercibido, sumándose a una lista de eventos que, más que destacar, se han convertido en sombras de lo que podrían ser. La Feria de Primavera, ahora Festival Jerez Tradición y Cultura, y la Semana del Migrante han caído en la categoría de fracasos debido a una planificación deficiente y una organización que deja mucho que desear.
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