PROMESAS QUE NO CONVENCEN

Las campañas de los tres candidatos a la presidencia municipal de Jerez, que realmente interesan, se han centrado en esta recta final en mostrar su fuerza a través de marchas y caravanas, más que en el debate y propuestas.

Como es natural, durante los procesos electorales las propuestas de campaña tienden a ser grandilocuentes y prometen resolver los rezagos del gobierno en turno, pero pocas veces se presentan programas perfectamente realizables. Lo cual en esta contienda, no es la excepción.

Lo anterior quizás se debe a que los candidatos que hoy luchan por suceder a Antonio Aceves, carecen de las herramientas y los datos adecuados como para establecer rutas de acción que los lleven al triunfo el próximo 6 de junio.

Y es que hemos observado durante esta contienda, que la gran parte de los candidatos parecen solo jugar con las expectativas de la gente para ganar votos.

No me dejará mentir querido lector, hoy los ciudadanos somos vistos como una especie de cliente al que hay que ofrecerle un producto mediante una publicidad que exagera sus virtudes, o peor, se las inventan.

Por supuesto que la mercadotecnia aparece ser un arma de seducción política en busca del voto de los jerezanos, y nada hay en ello de malo, a excepción hecha de que defraudar a la ciudadanía, una y otra vez, genera aburrimiento, tedio, y en última instancia, molestia.

Partiendo del principio de que “prometer no empobrece”, los candidatos y sus partidos se han mantenido ofreciendo soluciones casi mágicas para problemas del cual se encuentra inmerso nuestro municipio.

Pero ¿Para qué prometer algo sin viabilidad? La respuesta es simple: las promesas son el núcleo de cualquier campaña, lo importante es que éstas apelen a los electores, y que tengan alguna consistencia con el contexto.

Sin embargo, lo que en este proceso electoral no vemos son propuestas que no sean comunes, pues recordemos que cada una de estas propuestas están diseñadas para ganar el voto, pero no realmente para gobernar.

Quedan pocos días para la elección y no sabemos los electores, bien a bien, qué proponen los candidatos en temas concretos como ¿Cuál va a ser el apoyo a estudiantes? ¿Hay alguna propuesta para la inclusión económica de personas con capacidades diferentes?

¿Existe algún proyecto de reforestación? ¿Existe algún proyecto claro de desarrollo cultural? Quizá ellos tengan la información, pero los ciudadanos, no.

A veces, el único acto de libertad auténtico que nos queda es el ejercicio del voto. Esos cinco minutos en los que tenemos las papeletas en las manos antes de depositar el voto en las urnas son la democracia en acción. ¿O usted qué opina?

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